~ La Regla de Oro ~
La Regla de Oro, es un precepto o Ley Espiritual, que constituye en si misma una síntesis de la esencia de cualquiera de las diferentes sagradas escrituras de la humanidad. De hecho, aunque con distintas palabras o sutiles giros o variaciones, la encontramos presente en las palabras de Jesús en el Nuevo Testamento, en el Confucionismo, el Budismo, en la Filosofía Griega o el Judaísmo; y probablemente en muchas otras tradiciones del mundo antiguo.
En términos generales, la inmensa extensión y contenido de la Regla de Oro, se puede reducir a la poderosa y concluyente frase: ” Compórtate con los demás de la forma en que te gustaría que ellos se comportaran frente a ti “; o bien, ” nunca le hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti “.
A pesar de su aparente simpleza, este verdadero precepto ético y moral, el que con seguridad todos la habremos escuchado más de alguna vez, si somos sinceros y honestos, veremos que escasamente lo cumplimos o lo ponemos en práctica en nuestras diferentes relaciones o asuntos cotidianos. De lo contrario, el mundo sería un lugar en extremo diferente; a quien le pueden caber dudas acerca de esto.
Eso desde el punto de vista personal, ya que desde un punto de vista colectivo, el asunto es inmensamente peor. Ya que tristemente, la historia del hombre es una desafortunada y patética repetición de conductas y comportamientos degradantes, horrorosos crímenes, guerras aberrantes, violación de los derechos humanos y violencia por doquier.
Cada uno podrá indagar en si mismo las razones de esta lamentable y caótica situación, ya que indudablemente razones hay muchas. Pero ciertamente, en buena medida esto se debe a la acumulación de impurezas y tendencias negativas que ensombrecen y perturban severamente la integración de los diferentes aspectos de la personalidad humana. Tales como el egoísmo, la ira, la autocomplacencia, la avaricia, la codicia, los celos, los malos hábitos, y el principal de todos, y del que todos los anteriores derivan, que es la ignorancia y la ceguera espiritual.
El remedio mas efectivo para contrarrestar estas inclinaciones perversas, consiste en el cultivo y la práctica de las virtudes o cualidades opuestas, vale decir, la bondad, la humildad, el respeto, la tolerancia, la verdad, la paz interior o la rectitud.
Por lo tanto, quienes deseamos fervientemente vivir en un mundo mejor, objetivamente mas justo, donde los hombres podamos coexistir pacíficamente en forma fraternal e igualitaria, necesariamente debiéramos examinar nuestra consciencia con profundidad y sincera honestidad. Y evaluar minuciosamente en que porcentajes de nuestra vida cotidiana y nuestras relaciones sociales, debemos efectuar las correcciones necesarias que nos permitan cumplir con plenitud los fundamentos éticos y morales de la Regla de Oro.