~ Ignorancia ~
No hay peor desastre o calamidad en la experiencia humana, que el vivir esclavizados y enclaustrados por los sombríos males propios de la ceguera y la ignorancia espiritual. Dicha ignorancia, es un mal que tiene múltiples tentáculos e incontables consecuencias. Iras, miedos, perjuicios, traumas, frustraciones, odiosidades, envidias, creencias erradas, escasez de conocimiento, sabiduría y sentido común, falta de discernimiento propio, espiritualidad superficial y dogmática, etc. En fin, la lista es muy extensa y sus consecuencias muy lamentables.
El remedio más eficaz para superar la ignorancia, lo constituye el logro del Autoconocimiento. Desde esa perspectiva, cada día es una gran oportunidad para avanzar en dicha soberana dirección. Paso a paso y con paciencia, determinación y constancia se camina muy lejos. La meditación, la autodisciplina, el control de los sentidos, la auto reflexión, la moderación en es estilo de vida, la inspiración que produce el estudio de la vida de los sabios y los santos, entre otros tantos, se cuentan entre los grandes remedios para superar la ignorancia.
La transmutación de los problemas en oportunidades, así como de la resistencia en aceptación, de los miedos en alegría, esperanza y entusiasmo, del odio y la ira en perdón y tolerancia, de la avaricia y la mezquindad en generosidad o del pesimismo en optimismo, son verdaderos síntomas de curación. Transmutar, es elevar a la octava superior. Vencer a la ignorancia requiere de todo nuestro esfuerzo, imaginación, rectitud y disposición. Nadie se cura desde la dudosa comodidad de la pasividad, la inercia y la falta de coraje y decisión.
Finalmente, todos aquellos aventurados e intrépidos seres que logran derrotar a los sombríos fantasmas de la ignorancia pueden llegar a cosechar los dulces frutos del Amor, la Armonía, la Dicha, la Concordia y la Paz del Espíritu. Todos podemos hacerlo, para nadie está vedado el camino, cada uno a su ritmo, su tiempo y de acuerdo a su propia capacidad. Como dice el sabio refrán: «a grandes males, grandes remedios».
~ Águila Blanca ~