~ Honorabilidad ~
La honradez y la honestidad son algunos de los de los tantos valores éticos y morales que se encuentran muy extraviados en la actualidad. Ambas importantes virtudes caminan de la mano con la confianza, la justicia, la rectitud, la compasión, la verdad, la integridad, y de todo aquello que es bueno para el bien común y positivo para el desarrollo de la personalidad integral del ser humano.
Si todos pusiéramos mayor atención en poner en práctica estos grandes valores universales, el mundo sería sin dudas un lugar muy diferente y cuantitativamente menos caótico, enfermo y desintegrado. Ya que cuando una persona cultiva en sí mismo estos valores; las inclinaciones negativas tales como la falsedad, la corrupción, el engaño, la traición, el robo, la deshonestidad o la falta de respeto, realmente no tienen cabida.
Si pensamos en forma objetiva y verás, observaremos que todos podemos mejorar en cuanto a perfeccionar nuestros índices de honestidad y honradez. Un mundo que reverencie, respete y practique con sinceridad estos atributos como uno de sus más altos y preciados tesoros, se encamina a paso seguro a ser un mundo más justo, igualitario, fraternal y con mayores grados de armonía.
Ciertamente, un mundo colectivamente mejor se sustenta en la suma de mundos individuales con crecientes grados de honradez, honestidad, consciencia, ecuanimidad, equilibrio, y buena salud física emocional y psíquica. Ser mejores personas, con mentes limpias, puras, sanas y cristalinas, es posible, si es que ponemos todos nuestros mejores esfuerzos en dicha dirección. La reformación del mundo solo será posible cuando nos reformemos y nos enderecemos convenientemente los seres humanos.
Finalmente, las palabras honorables y las acciones honestas y sinceras son una señal inequívoca de responsabilidad espiritual, así como también de una estrecha e íntima conexión con él Ser Superior.