La bella leyenda de Ave Fénix, es un mito o alegoría mística que lo podemos encontrar presente en infinidad de culturas ancestrales de diferentes regiones del mundo. Con ligeras diferencias se encuentra presente en culturas tan diversas como la egipcia, hebrea, china, inca maya, mapuche, así como también en muchas otras.

 

Sus orígenes se remontan a tiempos remotos; y en su esencia nos recuerda la inmortalidad del alma. Lo que se simboliza a través de su eterna capacidad de resurgir entre sus cenizas. El alma humana es eterna, y cada vida en un gran paso y una gran posibilidad para volver a fundirnos en la «Eternidad».

 

La vida está constituida por infinidad de ciclos, y siempre no será posible levantarnos, renacer y emprender el vuelo. Lo que en muchos casos solemos considerar como fracasos poseen en sí mismo las semillas de las experiencias necesarias para aprender y expandirnos como fruto del aprendizaje los diferentes desafíos, adversidades y situaciones y acontecimientos que debemos enfrentar… Una y otra vez…

 

Malgastar el tiempo en bagatelas, boberías e insensateces solo nos eterniza en el dolor, la tristeza, el desvelo y el sufrimiento. Cada uno, sea consciente de ello o no, es una encarnación en sí mismo del espíritu inmortal del Ave Fénix. Somos seres eternos, la muerte no es mas que un cambio de escenario en el drama épico y cósmico a la vez, conducente al despertar consciente hacia las majestuosas alturas de la Realización del Ser Superior.