~ Consciencia Crística ~
No existe regalo más preciado para el mundo, que el esforzarnos al máximo en nuestro propio desarrollo, crecimiento y despertar espiritual. Ciertamente, nadie puede hacer ese trabajo por otros. Pero, si podemos influir en forma positiva en dicho proceso a través de la pulsación de la inspiración, el buen ejemplo y el estímulo de la presencia de los más refinados valores espirituales. Es así como el fuego de la llama de una vela puede llegar a encender muchísimas velas.
Quien sea capaz de volcarse con entereza, sinceridad y valentía hacia el proceso místico de su propia transformación, directa e indirectamente estará influenciando positivamente dicho proceso en otros… Todos somos Uno… Por lo tanto, hagamos nuestra parte, favorezcamos el florecimiento de la consciencia unitaria y el parentesco divino del género humano, y el resto simplemente pongámoslo en las dulces y amorosas Manos de Dios.
La senda del sufrimiento es dolorosa, pero también es un camino muy válido. No es eterno, cumple un objetivo muy relevante, libera y purifica el karma y es parte del proceso integral de la curación de cualquier ser humano… Es tiempo de amar, de perdonar, de transmutar, de liberar y de florecer. Al eliminar gradualmente la oscuridad en nosotros, permitimos el progreso de la germinación y la madurez del brillo diamantino de la Consciencia Crística.