~ Verdad, Rectitud, Amor, Paz y No Violencia ~
Verdad, Rectitud, Amor, Paz y No Violencia, son grandes valores o principios universales, los que han inspirado y nutrido en gran medida a todas las sagradas escrituras del mundo entero en cualquier tiempo o época. Aún cuando dichas escrituras puedan diferir externamente en algunos aspectos o detalles en cuanto a estos nobles principios, siempre los encontraremos presentes en los fundamentos y las raíces en las que se sostienen todas ellas. Algunas quizás lo declaran o manifiestan en forma mas clara y abierta, y otras en forma mas bien velada o simbólica, pero dichos valores son como los rayos del Sol que brillan, iluminan y les dan vida a cada una de las mismas.
El restablecimiento y el fortalecimiento de dichos valores fundamentales, es un imperativo para crear sociedades mas justas, plenas y elevadas. No es necesario ser un profeta, para darse cuenta de que si estas virtudes o principios fueran el fundamento y el sostén de las sociedades, el progreso, el avance y el desarrollo de las mismas estaría absolutamente garantizado. Sin duda, estos habrán sido los propósitos, la voluntad y las intenciones de los diferentes maestros, que propiciaron los grandes movimientos espirituales y religiosos de todos los tiempos y todas las épocas.
Solo una pequeña porción del género humano, correspondiente a unas pocas almas mas adelantadas, son las que pueden elevarse por encima de sus creencias personales y percibir la unidad subyacente en las eternas verdades propagadas por todas las grandes religiones. El incremento sostenido de dicho número es algo que le daría mucha fuerza al avance de las fuerzas de la Luz. Y, como consecuencia de ello, a la resolución de muchos de los problemas que aquejan al mundo contemporáneo.
Algo muy diferente es el errado entendimiento y las discrepancias entre los credos y religiones debido a las hostilidades, los dogmas y las estrecheces mentales de quienes se apropiaron fraudulentamente de estas grandes verdades. Manipulándolas y creando movimientos, escuelas y entendimientos dogmáticos y discriminatorios que ponen afuera y descalifican a todos aquellos quienes promueven miradas y ángulos diferentes a tales miopes y limitadas comprensiones espirituales.
Ahí podemos ver la raíces y las causas de gran parte de los males y calamidades que padece la humanidad. Las que en gran medida se pueden reducir al oscuro velo que se produce cuando prevalecen la ignorancia, el miedo y la insensatez espiritual. Entonces, lo que podemos ver en el mundo en la actualidad, es la prevalencia y la supremacía de las consecuencias negativas de tales tendencias, vale decir, las guerras, el odio, la falsedad, la corrupción y la violencia irracional. Todas ellas mezcladas y combinadas en diferentes formas y proporciones.
Naturalmente hay muchos ángulos y razones diferentes para comprender dichas situaciones, donde la principal según mi modo de entender las cosas, y de la que se derivan todas las otras, en la gran ignorancia espiritual en que se encuentra sumida la humanidad. Lo que hace casi imposible levantar el velo de la falta de consciencia y percibir con apertura mental y discernimiento las grandes verdades espirituales, así como el principio de unicidad inherentemente implícito en los orígenes de todas ellas.
La Verdad, es todo aquello que es inmutable, no sujeto a interpretaciones, y que se sostiene por si misma en cualquier situación, estado o condición. Es la perfecta ecuación que se produce cuando la palabra, el pensamiento y la acción caminan alineadas en la misma dirección. Esto lo podemos ver reflejado en en un gesto sincero de bendición, o en la profundidad de la mirada sincera, ya que los ojos tienen la capacidad de expresar sin dobleces la verdad del alma. La vida florece, se expande y se multiplica en la verdad.
La Rectitud, en su alta concepción, nos lleva a la consciencia de que todas nuestras actividades deben ser llevadas con corrección, honestidad, humildad y gentileza. Y, siempre cuidando de no causar perjuicio a nadie bajo ninguna forma. Independiente de nuestro nivel o discernimiento espiritual nuestra consciencia y nuestro corazón siempre de una forma u otra saben lo que es correcto, y también por añadidura lo que no lo es. Vivir con corrección nos hace libres.
El Amor, es la vibración mas elevada que existe en el universo. Es el poder que pone todo en movimiento y en el que se sustenta la Omnipotencia Divina. Es la clave de todas las claves, la que se encuentra representada en el sagrado mantra OM, también llamado el corazón de Dios. Los sabios y los santos son un buen ejemplo del Amor incondicional, llevando sus vidas adelante siempre en forma impecable, amorosa y haciendo de la tierra un mejor lugar para todos. Un vida llena de Amor, en una vida llena de plenitud y de infinitas posibilidades.
La Paz, en su sentido mas amplio y expansivo es un estado del Ser. Dicho estado solo puede ser alcanzado por aquellos que han logrado controlar y aquietar la mente, el mundo de los deseos, las pasiones inferiores y todas sus derivaciones; vale decir, los tormentos interiores. Transformándose de modo natural, en un vehículo para que ese elevado estado influya positivamente en cualquier atmósfera o situación en la que se encuentren. Un reflejo de ello, son los maestros que finalmente han logrado la iluminación; y a quienes podemos usar como fuente de inspiración para que nosotros podamos algún día también lograr la dicha de ese estado. Vivir en Paz, debiera ser nuestro anhelo y meta mas elevada.
La Verdad, es todo aquello que es inmutable, no sujeto a interpretaciones, y que se sostiene por si misma en cualquier situación, estado o condición. Es la perfecta ecuación que se produce cuando la palabra, el pensamiento y la acción caminan alineadas en la misma dirección. Esto lo podemos ver reflejado en en un gesto sincero de bendición, o en la profundidad de la mirada sincera, ya que los ojos tienen la capacidad de expresar sin dobleces la verdad del alma. La vida florece, se expande y se multiplica en la verdad.
La Rectitud, en su alta concepción, nos lleva a la consciencia de que todas nuestras actividades deben ser llevadas con corrección, honestidad, humildad y gentileza. Y, siempre cuidando de no causar perjuicio a nadie bajo ninguna forma. Independiente de nuestro nivel o discernimiento espiritual nuestra consciencia y nuestro corazón siempre de una forma u otra saben lo que es correcto, y también por añadidura lo que no lo es. Vivir con corrección nos hace libres.
El Amor, es la vibración mas elevada que existe en el universo. Es el poder que pone todo en movimiento y en el que se sustenta la Omnipotencia Divina. Es la clave de todas las claves, la que se encuentra representada en el sagrado mantra OM, también llamado el corazón de Dios. Los sabios y los santos son un buen ejemplo del Amor incondicional, llevando sus vidas adelante siempre en forma impecable, amorosa y haciendo de la tierra un mejor lugar para todos. Un vida llena de Amor, en una vida llena de plenitud y de infinitas posibilidades.
La Paz, en su sentido mas amplio y expansivo es un estado del Ser. Dicho estado solo puede ser alcanzado por aquellos que han logrado controlar y aquietar la mente, el mundo de los deseos, las pasiones inferiores y todas sus derivaciones; vale decir, los tormentos interiores. Transformándose de modo natural, en un vehículo para que ese elevado estado influya positivamente en cualquier atmósfera o situación en la que se encuentren. Un reflejo de ello, son los maestros que finalmente han logrado la iluminación; y a quienes podemos usar como fuente de inspiración para que nosotros podamos algún día también lograr la dicha de ese estado. Vivir en Paz, debiera ser nuestro anhelo y meta mas elevada.
La No Violencia, es el actuar siempre evitando herir o hacer daño al prójimo, sea este de la naturaleza que sea. En el alto entendimiento de que cualquier daño que causamos a otros, también nos lo causamos a nosotros mismos. Vale decir, la comprensión de que todos somos Uno y pertenecemos a la misma familia Divina. Lo que ciertamente incluye a todos los reinos de la naturaleza y sus diferentes dimensiones y en particular a la Madre Tierra. La vida sin violencia engrandece y eleva al hombre a las maravillosas alturas de su propia divinidad.
La sinergía que se produce cuando estos grandes valores trabajan juntos es enorme, ya que en su base y en su naturaleza esencial descansa en el genuino poder Divino. Similarmente podemos imaginarnos las posibilidades implícitas en la potencialidad de la mano del ser humano, donde cada dedo por si mismo puede hacer y lograr grandes cosas, pero cuando los cinco trabajan unidos los beneficios y las posibilidades aumentan exponencialmente.
El día que los seres humanos seamos capaces de poner en práctica los principios implícitos en estos grandes valores universales y hagamos de ellos la fuerza y la filosofía que nutra y vitalice nuestros corazones, entonces si podremos pensar en una nueva Edad Dorada para la humanidad. Para que ello ocurra, necesariamente se necesitan abrir nuevos caminos para un nuevo tipo de líderes, que sean capaces de encarnar vivamente los principios de los valores humanos de la Verdad, la Rectitud, el Amor, la Paz, y la No Violencia.
Este artículo a sido inspirado por la incomparable sabiduría y las enseñanzas de mi amado maestro, Bhagavan Sri Sathya Sai Baba. Cuyos principios filosóficos, en forma simple, se pueden sintetizar precisamente en el cumplimiento de estas cinco grandes virtudes espirituales.