~ Sai Baba y Swami Shivananda ~
La histórica foto que precede este artículo, fue tomada en Julio de 1957, cuando Sai Baba visitó por aproximadamente dos semanas Shivanandanagar, el sagrado Ashram del afamado Swami Shivananda, en Rishikesh. Quien lo recibió cordialmente con las manos unidas en señal de respeto y reverencia según la costumbre hindú. Dicho evento ocurrió ante una asamblea especialmente convocada para los monjes y residentes del ashram, para conmemorar y celebrar la importancia y la auspiciosidad de tan magno acontecimiento.
Shivanandanagar se encuentra situado a las orillas del sagrado río Ganges en Rishikesh, flanqueado por la mágica y espectacular vista de las imponentes y esplendorosas montañas de los Himalayas. El área alberga innumerables templos y santuarios de diversas instituciones y órdenes monásticas que que tienen sus ojos y su corazón en la incesante y esplendorosa búsqueda de la fusión con la realidad divina.
Según cuentan los relatos, Sai Baba con su característico giro de la mano, materializó un bello collar de semillas de rudraksha, con 108 cuentas de magnífica y perfecta factura, cada una engastada en oro y unidas entre si por una cadena del mismo metal. Así mismo materializó vibhuti, que el mismo en el acto aplicó en la frente del reputado Swami.
Ambos espléndidos Seres, sostuvieron largas conversaciones durante las noches del período de la visita, donde se les vio muy cercanos y pletóricos de Luz Divina. Al cabo de lo cual, y para sorpresa de todos, Swami Shivananda, se encontraba muy recuperado y fortalecido de salud, y caminaba diestramente, habiendo dejado de lado la silla de ruedas que necesitaba para desplazarse desde hacía ya algún tiempo. Se le veía de muy buen humor, caminando con entusiasmo y presteza mostrándole a Sai Baba, las distintas dependencias de ashram, así como de las diferentes actividades que ahí se realizaban.
Así los días transcurrieron apaciblemente entre discursos, charlas y conferencias sobre los diferentes tópicos espirituales, las escrituras sagradas, la vida de los santos, y en fin, de todo aquello que enriquece, aclara las dudas y fortalece la vida del aspirante espiritual.
Así mismo, aprovechando la divina ocasión, Sai Baba, se dio el tiempo necesario para derramar su gracia reuniéndose en forma personal con los residentes del ashram. Otorgándoles su darshan en forma personal y directa a través de entrevistas personales, regalos, consejos y sublimes bendiciones. Mi amado Gurú, Sri Swami Jyotirmayandaji, quien a la fecha residía en el ashram, se cuenta entre los afortunados que fueron colmados por el Amor y la visita del Avatar.
Al final de la visita, con el fragante perfume de los Himalayas y la pureza del río Ganges como telón de fondo, Sai Baba salió de Shivanandanagar despedido con enorme gratitud y reverencia por el gran Swami Shivananda. Así como por todos aquellos quienes tuvieron la inmensa fortuna de ser testigos presenciales del encuentro entre ambos extraordinarios Seres, dignos representantes del mas elevado linaje y estirpe de la India Sagrada en los tiempos modernos.