~ Plan Divino ~
La sinceridad, la simplicidad y la devoción son excelentes y sabias compañeras del aspirante espiritual. Un corazón simple, sincero y colmado de devoción es más que suficiente para amar a Dios.
Quien sea capaz de amar con sinceridad, simplicidad y reverente y dulce devoción a Dios, reduce mágicamente sus problemas, dudas, tribulaciones y pesares. Amar a Dios es la gran respuesta.
Ser simple, sincero y amorosamente devoto, no es tan difícil. Solo necesitamos reformarnos, reenfocarnos y enderezarnos, confiando y teniendo fe en la hermosa belleza y majestuosidad del Plan Divino.