~ Libertad ~

La gran mayoría de la gente experimenta sus existencias utilizando mínimamente su amplio y enorme potencial humano. Básicamente, esto ocurre porque el ser humano común ignora y desconoce su propia naturaleza y se identifica solamente con una parte ínfima de la gloriosa inmensidad de su Ser. Solamente son algunas pocas almas, aquellas que reflexionan sinceramente y con profundidad suficiente acerca del origen, el propósito, la meta o la finalidad de la encarnación humana.

La contracción de la mente, la supresión del espíritu, el desinterés por sí mismo, la inercia espiritual, o bien, la sobre valoración del plano material hacen del hombre una criatura débil, desfalleciente, falto de carácter, desprovisto de poder personal, y ciertamente, muy fácilmente manipulable. Desafortunadamente, ese es el plano en que inconscientemente mora gran parte de la humanidad. Debemos llegar a comprender que la ignorancia espiritual es la causa de todo tipo de males, miserias, dolores y calamidades.

Al vivir conformándose solamente con las migajas que se logran con los escasos y rudimentarios conocimientos que se adquieren con las vidas sustentadas en la pequeñez del ego inferior, las impurezas mentales tales como el egoísmo, la envidia, la avaricia, la falsedad, la arrogancia, la ira, el individualismo, la frustración, así como también todas aquellas conductas y comportamientos que conducen a la degradación humana, crecen, expanden y multiplican como la mala hierba.

Por el contrario, cuando llegamos a ser capaces de sustentar nuestras existencias bajo los principios esenciales de las virtudes o cualidades divinas como la fe, la humildad, la verdad, la honestidad, la rectitud o la gentileza, todo cambia de manera muy benéfica y favorable para nosotros y también para todo el género humano. Las mentes estrechas escogen sendas estrechas y aprisionantes. Las mentes amplias y expansivas escogen caminos anchos, espaciosos y conducentes hacia la libertad y la verdadera liberación.

Una vida carente de sentido divino es la perpetuación incesante al retorno al nacimiento humano. En el transcurso del período de la existencia de una vida humana, con gran esfuerzo, disciplina y determinación podemos alcanzar el maravilloso logro de la Iluminación o Realización del Ser, o también, retrasar y eternizar nuestro regreso al plano tridimensional. Al fin de cuentas, solo de nosotros depende, ya que somos los arquitectos de nuestro propio destino.

~ Águila Blanca ~

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