~ Ley de Afinidad Universal ~
Por simple Ley de Afinidad, no es posible crear abundancia, prosperidad o bienestar desde la escasez, la carencia o la limitación. Tanto, los decretos, así como las oraciones o las afirmaciones metafísicas, deben ser siempre impulsadas, sostenidas y nutridas constantemente por energías afines. Entender esa clave alquímica, es algo muy importante para desarrollarse en la esfera espiritual. Finalmente, son las palabras, los pensamientos, los sentimientos y las acciones lo que define nuestro rumbo.
De la misma manera, es imposible crear una realidad o un mundo mejor, si es que pasamos el día sumidos y abatidos entre quejas, miedos, negatividad, noticias violentas o truculencia por doquier. Oh bien, hablando mal acerca de los demás o de lo terrible que están las cosas. Al actuar de esa forma, eso es lo que atraeremos a nuestro campo energético y realidad cotidiana: pesadez, cansancio, agobio, tristeza, amargura y desolación.
Pasar diariamente horas y horas expuestas al insensato bombardeo o exposición de noticias negativas, resulta totalmente perturbador emocionalmente, mentalmente y psíquicamente. Nada bueno se puede esperar de ello. Desde luego ocurre lo mismo con las conversaciones en torno a los chismes, los dramas, los desastres o las tragedias. Repetir una y otra vez, y aún otra vez más, y así sucesivamente, todo lo que solo produce temor, ansiedad, agotamiento, rabia, stress o desesperación tiene un costo muy elevado en la vida de cualquier ser humano, trayéndole a cambio, solo miseria, sufrimiento y desesperación.
Si es que deseamos obtener paz, serenidad y tranquilidad mental; entonces para ello, debemos vibrar perseverantemente en esa frecuencia dimensional. Si es que deseamos progreso, desarrollo personal o amplificación de la auto consciencia; entonces, debemos esforzarnos tenazmente para lograr dichos resultados. Si es que deseamos florecimiento, riqueza interior y éxito en nuestro emprendimiento, entonces, debemos necesariamente antes generar las condiciones que nos permitan lograr una cosecha amplia, sustancial y generosa.
Hasta el momento, el ser humano ha demostrado una y otra vez que tiene mas desarrollada la habilidad para crear desde la polaridad negativa; olvidándose con ello, de las inmensas e ilimitadas posibilidades que le pertenecen por derecho propio por su parentesco con la divinidad. Nunca debiéramos olvidar, de que ya sea para bien o para mal, a través de la Ley de Afinidad siempre estaremos atrayendo el diseño y la arquitectura de nuestro propio destino.
Comprender correctamente el funcionamiento espiritual de la Ley de Afinidad, es uno de los principios fundamentales en cuanto a generar las mejores condiciones de desarrollo, crecimiento y evolución personal. La que en términos muy simples se puede reducir al aforismo: «lo similar atrae lo similar». Y eso es algo tan simple de comprender como que uno más uno, suma dos. Entonces, se hace más fácil comprender de forma clara y razonable que lo positivo atrae lo positivo y lo negativo lo negativo.
Resulta absolutamente irrazonable pensar que obtendremos resultados positivos, mientras nuestra vida gira en torno a pensamientos, sentimientos y emociones negativas. Desde esa mirada o perspectiva, hay que llegar a comprender que la mente es la herramienta más poderosa que posee el hombre, y que, por ende, en términos alegóricos esta lo puede conducir al cielo o al infierno. Aquí cabe comprender que tanto cielo o infierno no son lugares físicos a los que haya que ir, sino más bien estados físicos, mentales o emocionales. Acumulados, según el peso o la ligereza de los méritos o deméritos personales, y que el ser humano debe ir superando gradualmente hasta alcanzar su propia Liberación.
Desafortunadamente, eso es lo que ocurre habitualmente con la vida de la mayoría de las personas. Y entonces, tenemos que la negatividad ha creado raíces muy profundas y difíciles de extraer en los niveles: Inconsciente, consciente y subconsciente.
La creación de un mundo bello, ejemplar, confortable, relajado y feliz, es ampliamente posible. De hecho, esa es la dirección en que como especie estamos caminando a pasos agigantados, aunque por la misma razón, las grandes mayorías aun no pueden percibirlo. Es un lindo desafío, el hacernos conscientes de la vital importancia de velar por nuestros pensamientos, emociones y sentimientos; pues ese es el punto desde donde estamos construyendo y forjando nuestro destino.