~ La Pureza del Alma ~
Nada hay mas puro y sagrado en el ser humano que su propia Alma. El Alma es el templo de Dios, y simbólicamente podemos decir que en el género humano se encuentra ubicada en el centro del corazón. Esencialmente somos el Alma, todo lo demás viene después, aun cuando esta verdad tan fundamental y determinante, no goza de mucha popularidad y escasamente la encontraremos mencionada o difundida en la cultura social.
Desafortunadamente gran parte de la humanidad se encuentra desconectada con la realidad de su Alma. Y entonces, al menos en gran parte del mundo moderno, las personas raramente buscan la conexión con su mundo interno, y mas bien viven la vida en forma externa a través del mundo de las experiencias sensoriales. Muy pocas personas son las que se interesan realmente por establecer una conexión con el Ser, que es la expresión o vehículo en que se manifiesta el Alma.
Desafortunadamente gran parte de la humanidad se encuentra desconectada con la realidad de su Alma. Y entonces, al menos en gran parte del mundo moderno, las personas raramente buscan la conexión con su mundo interno, y mas bien viven la vida en forma externa a través del mundo de las experiencias sensoriales. Muy pocas personas son las que se interesan realmente por establecer una conexión con el Ser, que es la expresión o vehículo en que se manifiesta el Alma.
En gran medida el caos en que se encuentra sumida la humanidad en la actualidad, es producto del caos interno en que vivimos sumidos los seres humanos en nuestra vida cotidiana. Hay muchas causas para ello, como sistemas educacionales absolutamente deficientes, entendimientos totalmente errados acerca del mundo espiritual, sistemas políticos aberrantes que privilegian los intereses y ambiciones egoístas de quienes detentan el poder. O bien, el pésimo uso que hacemos de nuestra energía personal, así como el desarrollo de hábitos malsanos y perniciosos o aún, la pérdida de nuestro poder personal, entre otros factores.
Pero una causa muy determinante, es la ignorancia o el desconocimiento general, de que para encontrar la tranquilidad y la serenidad en nuestra mente, es muy necesario el dedicar parte de nuestro tiempo y nuestra energía en buscar las respuestas esenciales dentro de nosotros mismos. Prácticas espirituales como la meditación, la auto indagación o reflexión interna, la oración, o la repetición de mantras, entre otras, pueden ser de gran ayuda, para quienes deseen restablecer la conexión interna, verdadero eslabón para llegar a la verdad de nuestra Alma.
Al menos si no determinamos una parte de nuestro tiempo a nuestro desarrollo y crecimiento personal, difícilmente alcanzaremos el estado de la paz interior. Horas y horas de pasar sentados frente al televisor o al computador, absoluta inconsciencia de los alimentos o sustancias que ingerimos, descuido en la forma en que hablamos o de la forma en que pensamos, diversos excesos en el estilo de vida, son factores que inciden mucho en nuestros estados de ánimo, y la calidad de nuestras vidas.
La separación de nuestra Alma, aunque es solo aparente, nos lleva a la identificación con el ego o sea con lo transitorio y lo ilusorio, y nos aleja de lo trascendente y lo capital. Entonces fácilmente afloran todas las tendencias mas bien negativas como la arrogancia, el egoísmo, la confusión, la violencia y todo el caos y el desastre que podemos ver en el mundo exterior; el que no es mas que la amplificación de las mismas situaciones en el plano de desconexión con nuestro mundo interno.
Por el contrario, cuando transitamos con coraje y decisión por el camino interior, también llamado el camino del corazón, entonces florecen los talentos y las cualidades divinas, como la compasión, la intuición, el amor incondicional, la tolerancia y el respeto. Y de esa forma, gradualmente nos vamos reintegrando a nuestra verdadera naturaleza álmica.
Desde el punto de vista de la espiritualidad avanzada, no hay viaje mas interesante en la vida que el camino de retorno a nuestra morada interna, que es precisamente el domicilio de nuestra Alma. Desde esa perspectiva, es muy importante el reconocer que somos una prolongación del Alma Divina, y que la finalidad de la experiencia física, es llevarnos a reconocer cabalmente nuestra divinidad interna.
Una de las características mas importantes de la vida en la tierra, es el uso del derecho al libre albedrío, vale decir el derecho que tiene cada cual para experimentar la experiencia en un cuerpo físico de la manera que le parezca conveniente. El mal uso de este derecho divino, a causado mucho daño en el planeta, baste para ello darle una mirada a la historia del género humano. Precisamente ahí es donde se generan todos los karmas y gran parte del sufrimiento humano.
En tiempos actuales, con todo el desarrollo tecnológico, los avances en el campo de la ciencia, la medicina, y el conocimiento en general, los hospitales no dan abasto para la incontable población enferma. La depresión, la ansiedad y todo tipo de males son como una plaga que se extiende a pasos agigantados por el mundo entero. Por otro lado, ya casi nadie parece sorprenderse con la interminables y crueles guerras y la violencia irracional que azotan diariamente a importantes sectores de la población mundial.
Al menos si no determinamos una parte de nuestro tiempo a nuestro desarrollo y crecimiento personal, difícilmente alcanzaremos el estado de la paz interior. Horas y horas de pasar sentados frente al televisor o al computador, absoluta inconsciencia de los alimentos o sustancias que ingerimos, descuido en la forma en que hablamos o de la forma en que pensamos, diversos excesos en el estilo de vida, son factores que inciden mucho en nuestros estados de ánimo, y la calidad de nuestras vidas.
La separación de nuestra Alma, aunque es solo aparente, nos lleva a la identificación con el ego o sea con lo transitorio y lo ilusorio, y nos aleja de lo trascendente y lo capital. Entonces fácilmente afloran todas las tendencias mas bien negativas como la arrogancia, el egoísmo, la confusión, la violencia y todo el caos y el desastre que podemos ver en el mundo exterior; el que no es mas que la amplificación de las mismas situaciones en el plano de desconexión con nuestro mundo interno.
Por el contrario, cuando transitamos con coraje y decisión por el camino interior, también llamado el camino del corazón, entonces florecen los talentos y las cualidades divinas, como la compasión, la intuición, el amor incondicional, la tolerancia y el respeto. Y de esa forma, gradualmente nos vamos reintegrando a nuestra verdadera naturaleza álmica.
Desde el punto de vista de la espiritualidad avanzada, no hay viaje mas interesante en la vida que el camino de retorno a nuestra morada interna, que es precisamente el domicilio de nuestra Alma. Desde esa perspectiva, es muy importante el reconocer que somos una prolongación del Alma Divina, y que la finalidad de la experiencia física, es llevarnos a reconocer cabalmente nuestra divinidad interna.
Una de las características mas importantes de la vida en la tierra, es el uso del derecho al libre albedrío, vale decir el derecho que tiene cada cual para experimentar la experiencia en un cuerpo físico de la manera que le parezca conveniente. El mal uso de este derecho divino, a causado mucho daño en el planeta, baste para ello darle una mirada a la historia del género humano. Precisamente ahí es donde se generan todos los karmas y gran parte del sufrimiento humano.
En tiempos actuales, con todo el desarrollo tecnológico, los avances en el campo de la ciencia, la medicina, y el conocimiento en general, los hospitales no dan abasto para la incontable población enferma. La depresión, la ansiedad y todo tipo de males son como una plaga que se extiende a pasos agigantados por el mundo entero. Por otro lado, ya casi nadie parece sorprenderse con la interminables y crueles guerras y la violencia irracional que azotan diariamente a importantes sectores de la población mundial.
Creo que mayoritariamente los seres humanos estaremos de acuerdo en que queremos vivir en un mundo mejor, mas justo, solidario y equitativo, donde todas las personas puedan desarrollarse y evolucionar en armonía y equilibrio. Soy de las personas que cree fervientemente en la posibilidad de que el ser humano puede llegar a crear un mundo mejor, una nueva Edad Dorada. Pero para que ello pueda ocurrir, es absolutamente indispensable que el ser humano vuelque su mirada al mundo interno, y camine con determinación y disciplina el sendero del corazón.
El reencuentro con nuestra Alma es como el alfa y el omega, el principio y el final. El retorno al origen, donde todo es luz, amor y pureza, donde no existe la dualidad, y es el gran premio que espera a todos los que lo busquen con entrega, devoción y confianza en si mismos. Vale decir, el reintegro al principio del Alma Suprema.
Dios, en su inmensa misericordia estará siempre atento y solícito para ayudar y guiar a todos quienes decidan desde su libre albedrío, transitar el camino del retorno al origen. A través de los guías, los maestros, las tribus angélicas, las huestes ascendidas y sus poderes celestiales, derramará sus dulces bendiciones sobre todos aquellos buscadores de la realidad interna. Y que de paso ponen sobre sus espaldas la gran responsabilidad de ser contribuyentes al hermoso desafío de despertar a la dormida y sufrida humanidad.
Finalmente ese el propósito de la encarnación humana, todos vamos para allá, seamos o no conscientes de ello, cada uno a su tiempo y a su propio ritmo. Colectivamente, mientras mas seres se encaminen al encuentro con su Alma, harán el trabajo mas llevadero y mas fácil para quienes vienen mas atrás.