~ Juicios y descalificaciones ~
Una práctica muy arraigada dentro del comportamiento humano, es la de malgastar el tiempo emitiendo juicios y descalificaciones y señalando las supuestas faltas y errores en las conductas y actitudes de las demás personas. Esta nefasta y extendida costumbre daña considerablemente las relaciones humanas, es muy perjudicial y nociva para nosotros mismos y genera al mismo tiempo ambientes muy tóxicos y malsanos. Además, de que no resuelve en forma favorable ni positiva ninguna situación.
A menudo lo que conocemos o sabemos acerca del mundo de los otros, no es mas que la punta del iceberg. Poco y nada sabemos del karma, de sus sufrimientos, dolores y padecimientos, así como de sus esfuerzos por salir adelante frente a las duras tareas y pruebas propias de la vida. Dejar de lado el hábito y la insana y ponzoñosa costumbre de hablar mal de los demás, constituye en si mismo una bendición para la humanidad, la madre naturaleza y el Plan Divino.
Resulta mucho mas conveniente y eficaz, el hacernos conscientes de al menos alguno de los tantos comportamientos y actitudes negativas que nos empequeñecen, nublan la visión y entorpecen nuestro desarrollo personal. Es imposible progresar en el camino del espíritu, sin hacer los mejores esfuerzos por integrar todos aquellos aspectos de nuestra personalidad que nos mantienen sumidos en el velo ilusorio y vano de la pequeñez del ser inferior.
Por mandato divino, cada uno de nosotros posee en su propia naturaleza interna un inmenso caudal o potencial con las implícitas capacidades, dones, virtudes y talentos
para su propia evolución personal. El desarrollo gradual y progresivo de los mismos, es el remedio mas eficiente y efectivo para lograr la reformación y la integración de todos aquellos aspectos de la personalidad que nos impiden encontrar el balance, el equilibrio, la sensatez y el buen discernimiento. Moviéndonos en esa dirección, sin lugar a dudas, llegaremos a experimentar la vida en forma mas consciente, colorida, plena y sublime.
