~ Fe ~
Sin convicción, autodominio y devoción, es muy difícil por no decir imposible llegar a tener fe en Dios. Reconocer la presencia divina dentro de nuestro interior es un paso esencial en el camino de la Realización del Ser. Quien no cultiva ni desarrolla la fe en sí mismo, difícilmente llegará a tener verdadera fe en Dios. Una vida desprovista de divinidad siempre será es una vida vacía, carente de sentido, triste, solitaria y desamparada.
El camino espiritual, especialmente en sus primeras etapas suele ser duro, árido, complicado y lleno de sinuosidades. Pues bien, ahí radica su misterio, su encanto y también se oculta su bella poesía. Las grandes mayorías prefieren lo conocido, lo convencional, lo políticamente correcto, lo aparentemente seguro o lo que implica poco riesgo; renunciando con ello al misterio, la magia y el encanto de la vida. No hay tesoro más valioso que la conquista de la mente. Quien conquista su mente, llegará a conquistar el mundo.
El ansia por el poder, la fama, las propiedades, la gloria de los logros intelectuales, la vanidad, el egocentrismo, o la absurda y pomposa fantasía de la riqueza material son solo oropel barato en el Reino de los Cielos. No tienen mayor valor, significado, ni tienen comparación con el corazón un hombre lleno de rebosante vitalidad, fe, devoción, entrega y amor divino.