El género humano y el planeta Tierra se mueve a pasos agigantados a un gran cambio de ciclo. En estos momentos, tan solo unos pocos son capaces de percibirlo, entenderlo o encarnarlo; ya que todo pareciera indicar exactamente lo contrario. La falsedad, la intriga, la ira, el odio, la corrupción, el caos, la confusión, la deshonra, el miedo, y lo mas vil y demoníaco en el ser humano se respiran a cada momento en las cuatro direcciones.

 

El absoluto descrédito de las instituciones políticas, religiosas, gubernamentales, deportivas, educacionales, sanitarias, los organismos internacionales, así como todos los pilares en que se sustentan las sociedades modernas se encuentran envueltos en la miasma de la decadencia, la degradación y la depravación. La Inmensa mayoría de los líderes y dirigentes actuales no son más que meras marionetas de las fuerzas oscuras que los manejan.

 

De modo que la percepción general de la realidad actual no puede ser mas pesimista, desesperanzada, deprimente y desesperada. Pero, hay un factor inmensamente relevante que producto de todo lo anterior las grandes mayorías ignoran o desconocen. Y, ese relevante factor es el Plan Divino. En la madre naturaleza, en el universo, en el cosmos y en el hombre nada ocurre por mera casualidad, sino por causalidad.

 

Muy pronto todo dará un giro envolvente y maravilloso que nos llevará al esperado final de un largo y tedioso ciclo de oscuridad, ignorancia, violencia y degradación total. El sol brillará como nunca, y los corazones volverán a latir con compasión, humildad, rectitud, reverencia, gentileza y benevolencia. No importa si lo crees o no. La Voluntad de Dios/Padre/Madre y su todo poderoso Ministerio Divino pronto irrumpirá abriendo el camino hacia un nuevo ciclo dorado de Amor, Paz, Prosperidad, Belleza y Bienaventuranza.