El pequeño colibrí o picaflor encierra en si mismo verdades y misterios de gran alcance y profundidad. De hecho, cada vez que se nos acerca un colibrí, trae un bello mensaje de las regiones celestiales. Si pusiéramos mas atención a su ilustre e inocente visita, nuestro corazón brillaría en alegría y contento cada vez que ello ocurre. En ese sentido, el colibrí, es como el arco iris, hermoso, colorido, trascendente, y colmado de auspicio y bienaventuranza.

 

La belleza, la ternura y la dulce quietud, emanan en forma natural a través de la alta frecuencia vibratoria del vuelo del colibrí. Ellos son un puente entre el mundo visible y el mundo invisible, por lo que volar alegóricamente en las alas del colibrí, es como volar en alas angelicales.

 

La Madre Naturaleza, el Universo y las Altas Esferas, tienen muchas y variadas formas de expresión. Sin duda, una muy hermosa y refinada, es el vuelo del colibrí. No en vano desde tiempos inmemoriales el colibrí ha sido un símbolo muy importante en muchísimas tradiciones ancestrales, en las cuatro direcciones. Siempre lo encontraremos asociado a las formas bellas y elevadas del pensamiento, al lenguaje dulcemente poético, a la esperanza en el destino del género humano, o también a la inmensa misericordia del Creador.

 

Mantén los ojos abiertos y el espíritu atento, quizás muy pronto serás bendecido con la visita de un hermoso picaflor. Escúchalo, obsérvalo y aprende de él. De la magia, el misterio y el hermoso y dulce mensaje que ha venido a traerte. Vibrar en la alta frecuencia de las alas del colibrí, es vibrar en aquellas regiones elevadas en que el miedo, la manipulación, la inseguridad y la desesperación tienen absolutamente velado el acceso. Que el colorido y sanador vuelo del colibrí, llene de Luz, Paz y Armonía tu dulce y bendito corazón.