~ Nirvana ~
”Un día estando en Samadhi, vi que mi mente ascendía por un sendero luminoso. Después de atravesar la esfera física y mental, vi una barrera luminosa que separaba la esfera de la existencia relativa de la esfera del Absoluto. Crucé aquella barrera y mi mente entró en el reino de lo indivisible. En ese reino no había mas formas; ni siquiera los dioses se atrevían a entrar ahí. Un momento después vi que en ese inefable reino había siete ancianos rishis de cuerpo luminoso sumergidos en profundo Samadhi.
Comprendí que ellos habían superado en conocimiento, santidad, renunciación y puro amor, no solamente a los grandes santos, sino también a los dioses. Mientras contemplaba maravillado sus elevados estados espirituales, vi como una parte de ese reino luminoso incondicionado se condensaba adoptando la forma de un niño. El Divino niño se acercó a uno de los sabios, lo abrazó con un gran amor y con su dulce voz le pidió que descendiera del Samadhi. La caricia de sus manos y la dulce voz del Niño, hicieron salir al gran sabio del Samadhi, y con los ojos semi abiertos le miró, comprendiendo que era el tesoro de su corazón.
El extraordinario Niño se sintió muy contento y le dijo: yo voy a la Tierra, tu también tienes que venir conmigo. El sabio permaneció en silencio, pero en su tierna mirada se reflejaba el asentimiento. Mientras contemplaba al Niño entró de nuevo en Samadhi. Luego vi asombrado que una parte de su ser descendía a la Tierra en forma de Luz. Nada mas ver a Narendra, me di cuenta de que el era aquel sabio“.
El texto anterior fue extraído integramente del libro El Evangelio Resumido de Sri Ramakrishna, que es un resumen de la voluminosa obra en bengalí, de Mahendra Nath Gupta.
Mas tarde cuando sus discípulos le preguntaron acerca del Divino Niño; Sri Ramakrishna les dijo confidencialmente que ese Niño Divino era él, y la figura del Sabio, correspondía a Swami Vivekananda. Quienes fueron dos de las mas grandes y genuinas guirnaldas del mundo espiritual, que encarnaron en la India entre mediados del siglo diecinueve y la primera parte del siglo veinte.
La bella narración corresponde a las palabras con que el propio Sri Ramakrishna, les habló a sus discípulos mas cercanos, respecto de su encuentro en los mundos superiores antes de su próxima aventura en la Tierra, con quien se llegaría a convertir en su principal discípulo.
El texto constituye por si mismo, una rara joya de enseñanza espiritual para todo aquel que lo lea con atención y reflexione en la profundidad de su contenido. Ya que muy escasamente temas de esta naturaleza, son tratados en forma tan abierta y explícita por los maestros fuera de sus círculos mas íntimos. Por otro lado, nos permite atisbar cual es verdadero origen de los auténticos y maravillosos maestros, aquellos que viene a recordarnos con su mensaje y sus enseñanzas cual es el propósito de la encarnación humana.
Sri Ramakrishna, fue un altísimo exponente de el mundo de los yoguis, quien vivió parte importante de su vida unificado y fundido en la absoluta Consciencia Suprema. A través de su ejemplo, la sabiduría y la perfección de sus enseñanzas, fue una constante fuente de inspiración y un faro de Luz que encendió las lámparas en los corazones de miles y miles de sedientos buscadores espirituales.
Por su parte, Narendra, quien llegaría a ser conocido mundialmente como Swami Vivekananda, fue el continuador de su obra, dando vida a la creación de la Misión Ramakrishna, cuna de grandes santos y sabios de la época moderna. La Misión Ramakrishna, también cumplió y lo sigue haciendo, una gran función social tanto en la difusión de la filosofía vedántica, así como en la impartición de una inmensa y monumental obra social, totalmente gratuita, en beneficio de los mas pobres y necesitados. A través de la fundación de hospitales, hospicios, comedores comunitarios, servicios en las cárceles, establecimientos educacionales, y un sinfín de otras labores caritativas de nobles y altos propósitos.
Sin duda, ambos maestros son dignos y elevados representantes de la gran tradición, y de la magnífica sabiduría y el conocimiento implícito en el linaje de los grandes mahatmas de la India. Con humildad, y esperanza confío en que algunas de las personas que lean este artículo, sean estimulados para acercarse con mayor regularidad y confianza hacia la tutela y la guía de cualquiera de los Grandes Maestros de la Humanidad.