~ Egoísmo ~
La ignorancia es la madre de muchos males que aquejan al ser humano, uno de los peores y quizás mas catastróficos, es sin dudas: el egoísmo. En el se encuentran profundamente arraigados parte importante de todos los sufrimientos, amarguras, miserias y calamidades que empequeñecen al ser humano.
El egoísmo es un veneno amargo y terrible, que contamina, envilece, altera y perjudica enormemente las relaciones humanas degradándolas a los niveles mas bajos e inferiores. Probablemente, todos lo padecemos en algún grado o forma. Hacernos conscientes de nuestros errores y comportamientos egoístas, es el primer paso en cuanto a superar esta tendencia altamente negativa y perturbadora.
El día que muchos seres humanos erradiquemos el egoísmo de nuestras costumbres, sentimientos y acciones, el mundo cambiará automáticamente. Ser generosos, gentiles, amables, caritativos y fraternales, no es tan difícil, y conlleva muchos beneficios. Además, constituye en si mismo, una contribución importante en cuanto a elevar la vibración planetaria hacia las dimensiones superiores.
La compasión, la generosidad, el altruismo, el servicio al prójimo, la entrega o el amor divino son virtudes elevadas, que se encuentran en las antípodas de las conductas y comportamientos egoístas. Eso es algo que todos sabemos y entendemos muy bien. Pero, sin embargo, el egoísmo y sus terribles y fatídicas secuelas campean a sus anchas por el mundo. Desde luego, claramente el egoísmo es una de las principales causas o razones del porque el mundo se encuentra en tan miserables condiciones. Egoísmo es sinónimo de ceguera, oscuridad, esclavitud y desafortunada ignorancia espiritual.
El individualismo, la egolatría y la falta de empatía imperante, no son más que las formas en que se manifiestan en la sociedad moderna la falta de valores humanos; los que por lo demás, se encuentran enormemente trastocados. Cuando los atributos de la verdad, la rectitud, la honestidad, el sentido del bien común, el amor divino, así como el resto de todas las virtudes elevadas se encuentran ausentes, lastimosamente la confusión, el miedo, el desaliento, la falsedad y todo tipo de males, enfermedades, desequilibrios y perversidades tomarán su lugar.
Una personalidad sana e integrada nos aleja de una visión egoísta del mundo y separada de todo lo demás. Hace que florezcan sentimientos sublimes, pensamientos divinos y sensaciones universales; ser una buena persona y hacer el bien no es tan difícil, y está al alcance de todos. Un mundo sin egoísmo es un mundo sin miseria y sufrimiento. La generosidad, la humildad, la sabiduría y el contento brotan espontáneamente en una mente desprovista de ego, deseos y afanes sensoriales.