El continente americano es tierra muy sagrada. Durante miles y miles de años, mientras en otros lugares del planeta la violencia desgarradora de las guerras, la muerte y la destrucción asolaban por doquier, el gran continente americano vivió tiempos de gran gloria, paz, esplendor y prosperidad. Desde luego, la historia oficial nada dice sobre eso; y bueno, bien sabemos la parcialidad y la miopía de la historia oficial.

 

En buena medida, el mantenimiento de las antiguos conocimientos, energías, registros y vibraciones de aquel glorioso y radiante pasado, han descansado sobre los épicos hombros de los heroicos y épicos pueblos amerindios. Todo nuestro reconocimiento, reverencia y admiración hacia todos ellos, quienes han sido los verdaderos custodios del invaluable tesoro americano.

 

Aún a costa de toda la humillación, el despiadado genocidio y el absoluto desprecio de las oligarquías y poderes dominantes. 

 

Hoy en día, podemos observar que la gran mayoría de las naciones americanas se encuentran bajo la aplastante y perversa dominación de las fuerzas oscuras. Los gobernantes, las oligarquías y la clase política, se ha vendido impunemente en masa a los poderes fácticos que tanta desgracia y sufrimiento han causado en el mundo durante interminables milenios. Pero, afortunadamente, dichos sucios personajes enfermos de soberbia, egocentrismo, corrupción, hipocresía ambiciones desmedidas y prácticas enfermizas, psicopáticas y escandalosas ya tienen sus días contados. Solo es cosa de tiempo, y no mucho…

 

La Luz avanza a paso seguro y la oscuridad ya no tiene dónde esconderse. Se encuentra atrapada envuelta en sus propias redes de perdición. La limpieza del pestilente y sucio pantano está ocurriendo a cada momento. Confía en ello. América pronto recuperará su Libertad, su Soberanía y su Majestuosa Gloria Ancestral. Transformándose de paso en un Faro de Luz, desde donde generosamente se distribuirán las buenas nuevas de la Gran Edad Dorada.

 

El Cóndor y el Águila finalmente ya vuelan juntos. Se paciente, cultiva el silencio, escucha a tu Ser Superior y ora con fervor por el Gran Despertar de la Humanidad. Y entonces, recibirás la guía, la ayuda y la comprensión que necesites. Ama a tu Ser, ama a tu prójimo y ama al Eterno Creador.