~ Amabilidad ~
Las palabras, los actos y los gestos revestidos de amabilidad y gentileza, tienen un gran poder de resonancia en cuanto a generar condiciones o atmósferas limpias, refinadas, cristalinas y bellamente benevolentes. Ser amables, atentos y cariñosos no es tan difícil, cuando nos lo proponemos en forma honesta y sincera.
La pureza, la claridad mental, la buena disposición, la delicadeza, o aun incluso el buen ánimo y la intuición, brillan diamantinamente en forma espontánea cuando hacemos nuestros mejores esfuerzos por ser más amables, gentiles, tiernos y serviciales.
El mundo en todas sus esferas y niveles se encuentra agotado y abatido, producto de las causas y consecuencias del egoísmo, la maldad, la perversión, la falsedad, el individualismo, el odio, la intolerancia, la violencia o la arrogancia. Ya se acabó el tiempo de seguir barriendo y acumulando miserablemente la basura bajo la alfombra.
Ser mejores personas es algo que está al alcance de cada cual. No es posible para nadie el progresar y desarrollarse espiritualmente, mientras no haga los mejores esfuerzos por ser la mejor versión de sí mismo. Un mundo exterior más sano, fraternal, pleno y justo se fundamenta en un mejor mundo interior amplio, trascendente y equilibradamente amable y gentil.