~ Guardianes Tutelares del Misterio ~
Los pueblos originarios de América han sido desde tiempos inmemoriales los custodios y guardianes del tiempo y del espacio. En los niveles más refinados ellos nunca han perdido la conexión con su origen y su naturaleza. En sus tradiciones, mitos y leyendas se puede leer con claridad su esencia estelar. Mapuches, Incas, Mayas, Toltecas, Anasazis, Sioux, solo por nombrar algunas naciones, son algunos de los pueblos a los que la humanidad tiene mucho que agradecer.
Dichos pueblos fueron y siguen siéndolo, portadores de sabidurías y conocimientos de los que poco y nada sabe el hombre moderno. La historia oficial no es más que un pálido reflejo de la realidad de estas bellas y nobles culturas. A lo más es un recuento arbitrario de conquistas, batallas, triunfos y derrotas militares. Desde siempre, los poderes fácticos de turno amparados en las fuerzas oscuras que los sustentan han hecho lo posible y también lo imposible por borrarlos de la historia.
Nunca lo lograron del todo. Los conocimientos ancestrales siempre han estado a buen recaudo en minorías que las han recibido, las han asimilado y las han perpetuado en el tiempo. Entre otras cosas, ellos han sido los custodios de los múltiples lugares de poder que sostienen la rejilla cristalina del planeta y desde donde convergen las energías galácticas que nos conectan con otros planos dimensionales y con nuestros hermanos de las estrellas.
Desde luego, esto es extensivo a todas las tribus del planeta. Así ha sido también en Tibet, Australia, Polinesia, Siberia, Japón, así como en las cuatro direcciones de la Amada Madre Tierra. El género humano tiene mucho que agradecerles a estos custodios del tiempo y de espacio, ya que de no ser por ellos la realidad planetaria sería del todo diferente. Estoicamente y con un heroísmo a toda prueba, los pueblos originarios han resistido a la usurpación, la crueldad, la avaricia, y todo tipo de males que les han infligido las fuerzas tiránicas de las cúpulas de poder.
Todo mi respeto, reverencia e infinita devoción a todas las culturas originarias, por el gran servicio que han cumplido en el sostenimiento, la expansión, la multiplicación y la evolución de las semillas estelares en nuestra Amada Madre Tierra. Los pueblos originarios se caracterizaron desde siempre por su valentía, nobleza, caballerosidad, apego a la verdad y su conexión con la esencia del Ser, y claramente, siempre fueron liderados por hombres formidables, sabios y ejemplares.
Algo muy diferente al mundo moderno, donde el prototipo del hombre común es un ser materialista, temeroso, indolente, triste, estrecho de mente, falto de cultura cívica y carente de valores fundamentales. Y además gobernados por mamarrachos políticos egocéntricos, serviles, populistas, carentes de ética y moral y de muy discutibles condiciones de liderazgo social .
~ Águila Blanca ~