~ Discernimiento ~
El buen discernimiento nos conduce a ser mesurados, ecuánimes neutros y equilibrados. Cuando lo usamos correctamente nos enseña a no aceptar ni a creer ciegamente en todo lo que escuchamos o vemos proveniente del mundo exterior. De la misma manera nos enseña a no rechazar nada de forma precipitada y categórica.
Ante la falsedad, la hipocresía, la arrogancia o el engreimiento el mejor remedio es la paciencia. Cuando cultivamos el sano y sabio hábito de la paciencia aprendemos a no reaccionar sin usar la facultad del discernimiento. Muchos problemas y malentendidos se evitarían o solucionarían muy fácilmente de esta manera.
Los convencionalismos, los dogmas y las creencias siempre será conveniente abordarlos con detención y discernimiento. No basta con creer en ellos solo porque otros así nos lo enseñaron o dijeron. Después de todo ¿de quién aprendimos todo ello?… Es muy importante comprender que nadie debe decirnos o enseñarnos qué es lo mejor para nosotros.
Todos tenemos un Ser Superior, en realidad somos el Ser Superior; solo que no lo recordamos. Y, por lo tanto, lo ignoramos. Si nos diéramos mas tiempo para estar con nosotros mismos, dentro de nuestro Ser, «otro gallo cantaría». Cuando el discernimiento está conectado al Ser Superior, damos un salto cuántico en nuestro desarrollo personal y en la forma en que nos movemos por la vida.
~ Águila Blanca ~