Actualmente, todo se mueve muy rápido. Las viejas creencias, los prejuicios, así como los pensamientos rígidos y estrechos que parecían tan sólidos como la roca, se desvanecen rápidamente. Dando paso a nuevas convicciones, miradas mas amplias y vastas y llevándonos hacia nuevas perspectivas. Eso es renovación, renacimiento y ascensión en sus grados iniciales.

 

Nuestras creencias son responsables de gran parte de la creación de nuestra realidad. De modo, que si modificamos dichas creencias también modificamos la percepción de lo que identificamos como realidad. Maya (el mundo ilusorio) o Matrix (como lo conocen mucho), es como una gran cebolla. A medida que vamos retirando las capas exteriores, se van adelgazando los conceptos erróneos y todo lo que hemos aprendido y aceptamos como realidad.

 

Estamos viviendo tiempos vertiginosos. Si observamos con atención los sucesos ocurridos en los últimos tres o cuatro años podremos ver cuanto ha cambiado el mundo en muy poco tiempo. Para todos aquellos que se mueven en dicha dirección, la progresión se irá acrecentando, multiplicando y el pasado se irá desvaneciendo como las nubes pasajeras.

 

La expansión del amor hacia su máxima expresión, el florecimiento del discernimiento mental, el resurgimiento del sentido común, el renacimiento de la esperanza y el ideal de hermandad, o la reaparición del pensamiento crítico, son todas señales que nos indican que nos estamos moviendo en la dirección correcta. Recordemos que muy poco tiempo atrás, para muchos (casi todos), todo era miedo, confusión, tristeza y desolación.

 

Que un abrazo solar, cálido gentil y amoroso, envuelto en cascadas de luminosas estrellas, revestido con suaves vientos tutelares y bellas partículas cósmicas, sea en el corazón de todos los seres de todos los reinos que evolucionan en la Madre Tierra.