Desde tiempos inmemoriales, la verdad ha sido ocultada, tergiversada y manipulada a la humanidad por los sombríos tentáculos de las fuerzas oscuras. Principalmente a través del control despótico y despiadado del poder en cualquiera de sus formas (militar, político, religioso, económico, etc.). Hoy en día, es lo mismo de siempre, pero con el agregado del control absoluto y abusivo de los medios de comunicación y la publicidad engañosa. No debemos olvidar que de esa forma es que se llegó al aberrante y perverso genocidio nazi; a vista y paciencia de todo el pueblo alemán y también del mundo occidental.

 

Una falsedad repetida diez veces sigue siendo una falsedad. Pero, cuando esta es repetida y afirmada diez mil veces, para las grandes mayorías termina convirtiéndose en falsa verdad. Precisamente esa es la esencia de la propaganda: mentira a raudales mezclada con unas pequeñas dosis de verdad.

 

Hoy en día, la verdad está empezando a ser expuesta y filtrada como nunca antes en la historia humana. Claro, que ciertamente no en los medios oficiales. Y, ahora, son los seres humanos los que se esconden de la verdad. Estar informado no significa exponerse por largas horas a la negatividad, manipulación y el control mental, físico y emocional de la agenda mediática. Para encontrarse cara a cara con la verdad, debemos ser intrépidos, valientes, intuitivos, agudos, fuertes, aguerridos y sinceros con nuestra propia naturaleza.

 

Ser ingenuos, medrosos y pusilánimes no va con aquellos que se proclaman a sí mismos como Guerreros de Luz. A los poderes de las tinieblas, solo se le vence en el campo de batalla. Y, finalmente, el triunfo de las guerras no ocurre hasta que se vence en la última batalla. Algunos meses o incluso un par de años, son solo un pestañeo en el tiempo cósmico. Levántate, no trepides, lucha y confía en el Plan de Dios… Y no lo olvides: «lo mejor está aún por venir»…