Desde tiempos remotos, en muchas culturas y pueblos antiguos las perlas han constituido un símbolo muy importante en términos espirituales. Frecuentemente se les ha relacionado con los poderes e influjos de la Madre Luna, con el desarrollo de las facultades o herramientas de la intuición, con los beneficios de la práctica de la meditación, como asimismo, con la pureza, la inocencia, la belleza o el brillo del Ser Interno. También se le ha relacionado con la afloración de los buenos sentimientos, con la claridad de la mente, con las intenciones y propósitos elevados, o bien, con la hermosura, la magia y el silencio del mundo interno.

 

Las perlas en sí mismas, encierran un gran misterio. Cuando desechamos la escoria burda de las impurezas mentales propias del apego a las experiencias sensoriales y del ego inferior, aflora espontáneamente el brillo y la pureza prístina de la perla interior.

 

La perla también está muy relacionada con el desarrollo de los poderes psíquicos de la mente, el cultivo de la paciencia y con la expansión de los atributos o virtudes elevadas del Ser Superior. De hecho, desde tiempos inmemoriales se ha relacionado la belleza sutil de la perla con el conocimiento intuitivo y la refinación del alma.

 

Podemos ver en ellas un símbolo de humildad, perfección y riqueza espiritual, ya que su formación en el cuerpo de la ostra es una verdadera obra de arte de la Madre Naturaleza. Tanto la belleza de la perla como el brillo del nácar tornasolado de la envoltura interior, nos hablan de las mágicas particularidades de esta bella joya de la creación; asociada a la prosperidad, la buena fortuna, la esperanza y las vibraciones elevadas.

 

En la tradición védica de la India ancestral, a las perlas se les considera como hijas de la Luna. Las que nacen como una fusión entre las energías tutelares celestiales y las aguas cristalinas de la Madre Tierra, combinadas a través del poder y la fuerza del rayo cósmico. Es por ello, que a las palabras de los grandes maestros y de las sagradas escrituras a menudo se les llama en señal de respeto y admiración: «Perlas de Sabiduría».

 

Por lo tanto, el uso consciente de las perlas, ya sea en aros, collares, brazaletes, adornos, etc. constituye en sí mismo, un recuerdo y una conexión con todos sus magníficos atributos y poderes místicos. Que la majestuosidad y la pureza de la Madre Perla Interior, sea el brillo y el faro que nos conduzca hacia la dirección de la Verdad Sublime del Alma.