~ Impurezas Mentales~
Las impurezas mentales son la causa de la gran mayoría de los problemas e insatisfacciones humanas. Las impurezas de la ira, los celos, la avaricia, la arrogancia, la envidia, la maldad, por ejemplo; siempre tendrán sus raíces en la falta de discernimiento y en los apegos. Las profundas raíces de dichas impurezas se encuentran localizadas en la mente subconsciente, y por tal motivo, no son fáciles de reconocer o detectar para la mayoría de la gente.
El discernimiento es una herramienta muy valiosa y esencial en el proceso del despertar espiritual y para impulsar el desarrollo integral de la personalidad. Sin embargo, lastimosamente brilla por su ausencia en la conducta del ser humano que aún no es consciente de la realidad de su Ser. En cuanto a los apegos, estos están totalmente relacionados con la errónea identificación con el cuerpo físico y las demandas y permanentes deseos provenientes del mundo sensorial.
Producto de ello, es que vivimos prisioneros de los caprichos del ego inferior; fuente de todo tipo de egoísmos. Dicho egoísmo es el caldo de cultivo para todo tipo de males, miserias, lamentos y sufrimientos. Mientras no nos decidamos con gran fuerza de voluntad a limpiar las telas de arañas astrales de nuestro mundo subconsciente, seguiremos atados a una realidad virtual basada y creada desde la negatividad, con toda su fatal consecuencia: «la ignorancia espiritual».
El servicio desinteresado al prójimo, el arte de la meditación y la introspección, el cultivo de los buenos hábitos y la buenas compañías, la reverencia por los santos y los sabios, el uso adecuado de la ciencia de los mantras, la oración sincera, el estudio de las escrituras sagradas, y en general, todo aquello que nos lleve a reconocer nuestro Parentesco Divino, son los remedios mas eficaces y sobresalientes para eliminar, sustituir y finalmente sublimar las impurezas mentales y emocionales.
Nadie puede alcanzar estados elevados de consciencia sin hacer sus mayores esfuerzos. Las semillas de la auto transformación se encuentran en estado latente, en espera de nuestra atención. No somos es cuerpo físico, este es solo el vehículo para encarnar en la realidad tridimensional. Debemos, cuidarlo, amarlo y reverenciarlo convenientemente, pero en ningún caso confundirlo con nuestra pureza original.
