El origen de la palabra Devoción proviene directamente del antiguo idioma Sánscrito, y literalmente se puede traducir como Amor puro, incondicional y reverente hacia la Divinidad; lo que desde luego incluye todos sus nombres y múltiples formas. Según lo que describen las antiguas escrituras, así como la voz de los maestros iluminados, es el camino mas directo para llegar a Dios.

 

Es el lazo que une indisolublemente el corazón del aspirante, con la forma adorada a través del flujo constante del Amor desinteresado, sublime y mas allá de la razón. Sin embargo, adquirir el logro supremo de la verdadera Devoción, no es algo fácil, toma su tiempo y requiere de mucha paciencia, esfuerzo, auto control y entrega absoluta.

 

En la cultura moderna occidental, la devoción en su mas alta expresión no existe. Por lo tanto, para llegar a adquirirla, debemos ser tenaces, constantes, amplios de mirada y sobre todo puros de corazón. Orar sinceramente y anhelar la fusión divina, es de por sí una manera muy eficaz para encaminarse hacia el magnífico logro de la Auto-Realización.

 

El mundo en su totalidad en una inacabable manifestación

de Dios. Entonces, desde esa perspectiva, todo lo que hagamos por unificarnos con esa Realidad Suprema nos hace crecer, nutre el florecimiento de los diferentes aspectos positivos, elevados y nobles de nuestra personalidad, y además es también, una gran contribución al bienestar global de la vida en la Madre Tierra.